Crossing Over: la importancia de los matices

Uno de los problemas más graves de la justicia en las democracias actuales es la imposibilidad de diferenciar los matices de cada problema a analizar. Esto es aún más injusto en el tema de la inmigración. Cuando alguien abandona su tierra, dejando atrás parte o toda su familia, y decide plantarse frente a una cultura diferente para sobrevivir en ella, a veces cambiando de idioma, es digno de reconocerle cierta valentía, por mucho que deje detrás otros tantos problemas sin resolver.

Pero las democracias actuales se han hecho eco del miedo al extranjero. Evidentemente hay motivos económicos y sociales para ello, pero como en todo en esta vida, la justicia es ineficiente para separar un delincuente que debería ser devuelto a su país y un honrado currante que trabaja ilegalmente para ganarse la vida. No sé si algún día lo hará, pero me temo que la justicia para que sea realmente justa debe ser bastante fría y ciega, pero eso también la hace injusta.

Recuerdo la película norteamericana Crossing Over y debo decir que algunos de los supuestos que creía tener sobre este tema han caído del todo. Recomendable filme con un giro interesante en la actuación de Harrison Ford, siempre dispuesto a pegar puñetazos y tiros. Aquí encarna a un funcionario de inmigración al que los años han vuelto menos celoso de su trabajo y un poco más humano ante la desdicha humana.

Las diferentes historias que se entrecruzan en este Crossing Over nos dan un panorama general de la inmigración en Estados Unidos, sus problemas para sobrevivir, hasta qué punto están dispuestos a llegar para ganarse la vida, los conflictos entre la cultura que trae el que llega con la cultura en la que vive, y sobre todo, el contraste entre posiciones para obtener la ciudadanía americana.

Crossing Over no es un panfleto ideológico al estilo Moore sino una mirada objetiva a un tema complicado en un país del primer mundo. Un acercamiento razonado, sin prejuzgar posturas ni ofrecer recetas panfletarias y facilonas sobre un tema tan delicado como es la inmigración en las sociedades actuales. Quien espere encontrar una peli de buenos y malos en Crossing Over o una crítica sin paliativos a la sociedad americana o al gobierno de Estados Unidos, que se abstenga de verla. Esta es una película de las de verdad, con personajes bien trabajados, que no son ni buenos ni malos, sencillamente seres humanos, que se equivocan, hacen actos heroicos o sienten compasión por el prójimo aunque éste se haya equivocado, todo en la misma persona.

A los que se adentren en ella que se fijen en estos detalles: la objetividad, la caracterización impecable de los personajes, y sobre todo, en ese mensaje que nos queda en el interior de que los matices son importantes para juzgar a los demás. No existen tópicos sin matices, esa es la cruda realidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *