Existe una asociación para la defensa del pato andaluz que no sé si tendrá mucho trabajo pero sí tiene subvenciones de la Junta de Andalucía. Pocos conocerán la sociedad para la investigación de las apariciones de «Perros Negros»; ¡genial, buscan perros infernales por todo el mundo! Pero existen organizaciones de buscadores de extraterrestres, que encima nos auguran el fin del mundo desde el espacio por no hacerles caso. Hay en España un Ministerio de igualdad que usurpa las competencias del Ministerio de Asuntos sociales porque además no tiene competencias propias, y no olvidemos el Ministerio de Vivienda, otra entelequia española, que no decide ni determina nada sobre la vivienda que se rige por el precio del mercado.
Ahora existe una nueva forma de sacar dinero del bote añadiendo dos palabras mágicas que abren casi cualquier puerta: Cambio Climático. Insto a cualquiera a que intente crear una organización que no pierda de vista estos apellidos porque le lloverán subvenciones seguras. Puede ser la asociación para la defensa de las ardillas del Congo en el cambio climático (ignoro por completo si en el Congo hay ardillas) o la junta de estudios sobre la disminución de la cópula del saltamontes de cuello apaisado por el cambio climático (ni qué decir que me acabo de inventar este bicho). Aquí lo importante es ser de izquierdas, tener conexiones con el poder o asustarlo con huelgas por no tener conciencia social ante el fin del mundo, pero de que algún dinerillo caerá, eso es una verdad como que la tierra es redonda.
Pero vayamos más a lo universal. ¿Me puede decir alguien para qué sirve el Movimiento de los Países no alineados. Esta baba surgió como un invento del comunismo castrista cubano para intentar atraer, de manera indirecta, a los países más pobres del mundo contra el capitalismo –¡nada más y nada menos! Estos se reúnen todavía cada cierto tiempo y gastan dinero, electricidad, petróleo y resuelven: NADA.
¿Les recuerda algo? Eso es, la ONU. Alguna vez tuvo razón de ser, cuando el mundo se dividía entre países que no dudaban un segundo en arrebatarle un trozo de territorio a otro. Hoy es una de las que más dinero recibe del bote y resuelve menos que nada. Ha quedado como una repartidora de alimentos y medicinas (que no está mal pero podrían hacerlo otras organizaciones sin quitarnos tanto el dinero). Cada vez que se presenta un problema grave en algún lugar del mundo la ONU tiembla, se reúne, dicta condenas y apoyos mientras en el país del problema la gente se mata a machetazos. Al final siempre sale a resolver el problema el mismo de siempre: el pérfido imperio norteamericano, sin el cual Hitler hubiera podido triunfar o, cuando menos, habría cometido más fechorías antes de desaparecer, o Japón no sería hoy el país dinámico y poderoso que compite de igual a igual con Estados Unidos, ni se habría terminado la guerra de Bosnia con menos muertos de lo que se preveía. ¡Malditos norteamericanos!
Javier Rupérez, quien fuera responsable del directorio antiterrorista de la ONU y del cual dimitió en 2007, estuvo recientemente en Herrera en la Onda, de la cadena de radio Onda Cero, a propósito de la publicación de su libro El espejismo multilateral, por editorial Almuzara. Ante una pregunta sobre los motivos de su dimisión habló de frustración personal por ver lo poco qué hacía y podía hacer desde el puesto que ostentaba. Lo lamentable es que sus compañeros en la organización le recriminaron dimitir por ello cuando a todos les pasaba igual, estaban igual de frustrados. En fin, si el comité antiterrorista está así de inútil, qué esperamos de la asociación para la defensa del grillo de la pampa en la era del cambio climático. ¡Estamos perdidos!
Detrás de todo poder está el egoísmo personal, el egoísmo humano. Siempre. Analizemos eso, profundizemos y nos daremos cuenta, que en realidad muy pocos luchan y dan su vida si hace falta por otros. De intenciones buenas de boca hacia fuera con la cartera llena por papá Estado y compañía, está el mundo lleno, ¿y qué hay de las intenciones puras y nobles que todo ser humano tiene?, ¿acaso el egoísmo y el poder es más fuerte?, no me cabe la menor duda. Gran parte de estas ONG, son una lacra «chupóstera», y por desgracia, muy pocos son los que verdaderamente hacen lo que otros predican.
Desde aquí, dar las gracias a todos los misioneros y misioneras, tanto religiosos como laicos y voluntarios, que sí ponen su granito de arena e incluso se juegan el tipo en muchos lugares de la Tierra. Son los verdaderos seguidores del bien, y de éstos, poco se habla. ¡Que Diós les bendiga por su valor y gran humanidad!