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Me han leído o escuchado decir que la ficción se ha banalizado. Me piden que explique algo más mi postura refiriéndome a la crítica. Y comprendo que hay interés en ello.
Mi tesis en aquel texto es que el público actual ha bajado de forma sustantiva los estándares de calidad literaria y cinematográfica. El consumidor de ficción es mucho más amplio que hace 20 años. Probablemente por la existencia de las plataformas, aunque no sólo, sino que existe toda una masificación del acceso a los medios audiovisuales. Esto no tiene que ser malo, salvo que la misma masificación ha permitido que el patrón de calidad de las series, filmes y libros de hace dos o tres décadas ha caído en picado.
La formación cultural del público actual pasa por medios audiovisuales, y casi exclusivamente audiovisuales. Muchos de los que hoy en día ponderan sobre si una serie o una película es mala o buena no son lectores habituales y, por ende, conocen menos de estructuras ficcionales, concepción de argumentos de ficción o caracterización de personajes, incluso de manera intuitiva.
Cuando lees o escuchas hablar sobre buenos filmes o clásicos del cine te percatas que tienen como modelo un cine reciente, del tipo la trilogía de Batman o la saga Misión imposible, pero no conocen The Searchers (Centauros del desierto) o no han visto el cine de Griffith o Howard Hughes.
¿Cuál ha sido la consecuencia de esta masificación del consumidor?
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