De acuerdo, voy a creerme que la mayoría de los catalanes no acepta ni aprueba las barbaridades de sus políticos cuando se encastillan en ir contra la realidad del español en España.
Estoy dispuesto a dar fe de que les da lo mismo hablar catalán que español en este país que casualmente se llama España.
Me quiero creer incluso que no odian al español en Cataluña, y que eso es una falacia creada por algunos medios y opiniones interesadas en presentar un problema donde no existe ningún problema.
Me atrevo incluso a convencerme a mí mismo de que todo eso es verdad junto a la idea de que Cataluña, la mayoría de los catalanes, no quieren separarse de España con argumentos seudohistóricos que no se justifican por la realidad de la historia de Cataluña o la Historia de España.
Entonces me encuentro en una disyuntiva. ¿Cómo entender que alguien pueda en Cataluña poner un cartel que diga Burguer King sin que haya conflictos por ello y sí lo haya cuando otro pone Hamburguesas Rey en las mismas condiciones? Es lo que le ha sucedido a Manel Nevot, empresario catalán multado con 400 euros por la Generalidad catalana por rotular en español.
Y que nadie me intente convencer de que esta medida es una forma de proteger el catalán frente a otras lenguas porque tiene poco sentido y originalidad, además de ser una violación clara de la libertad y los derechos humanos, que alguien pueda ser multado por usar el idioma que le plazca en su negocio.
En cualquier país civilizado pueden convivir Burguer King, Galerías Paco o shishkebab y nadie se escandaliza por ello.
¿Por qué habría de ser un problema esto mismo en Cataluña, región altamente desarrollada dentro del territorio español y con una sociedad abierta donde cada cual decide con su vida lo que le da la gana?
Y digo más, ¿por qué habría de ser incluido en un libro de estilos de obligatorio cumplimiento por los medios de comunicación catalanes, es decir españoles, el que se incluya la prohibición de usar el término nación referido a España? Y quiero obviar la contradicción en el que incurren en su Estatuto, recurrido ante el Constitucional, al llamar a España “Nación de naciones”.
No sé, sigo sin entender nada, pero me gustaría entender qué se puede argumentar contra esto si no se odia al español en Cataluña. ¡Qué país!
Hector. Leo todos tus artículos, aunque algunos con unos dias de retraso por falta de tiempo. Y he sacado la conclusión de que lo que impera en todos ellos, es el (menos sentido de los sentidos). Es decir EL SENTIDO COMÚN.
Te animo a que sigas en esa línea. Un saludo y hasta otra
Muchas gracias, Rafa. Un saludo