El pluralismo es la respuesta

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blankAlgunos amigos me reprochan mi laxitud a la hora de valorar a quienes colaboran con el gobierno cubano, siendo yo mismo tan claro en mi defensa de los derechos humanos fundamentales. Creo que es verdad, tengo que darles la razón. Soy flojo para criticar a los que defienden ideas contrarias a las mías, lo que no quiere decir que no sea firme y excesivamente entusiasta en la defensa de las mías.

Si me preguntaran por qué me sucede no podría responderles con exactitud. Mejor, no podía responderles ANTES con exactitud. La situación ha cambiado cuando tuve el placer de ver el capítulo especial de la serie El Ala Oeste de la Casa Blanca (The West Wing) que se llama “Isaac e Ismael”.

A grandes rasgos es un capítulo dedicado íntegramente al terrorismo y las diferentes formas de abordarlo. Un grupo de estudiantes queda atrapado en la Casa Blanca en medio de una brecha de seguridad que se ha descubierto en el edificio, y los asistentes del presidente de los Estados Unidos se ven obligados a repartirse la responsabilidad de entretenerlos de alguna manera cuando tenían otras tareas pendientes.

La conversación entre los estudiantes y los consejeros del presidente debería versar sobre el funcionamiento interno del ejecutivo, pero la brecha de seguridad termina contaminando todo en la conversación y obliga a los consejeros a intentar explicarles las razones, causas y consecuencias del terrorismo extremista islámico a estos curiosos jovencitos.

El capítulo completo es jugoso, plagado de interesantes reflexiones sobre la responsabilidad de los países en la política mundial, la libertad en los diferentes tipos de gobierno y el papel de la religión en las decisiones de los individuos. Pero lo que más me llamó la atención, lo que me ha dado respuesta a la pregunta de por qué soy tan tolerante con los procastristas o colaboradores con el gobierno cubano fue el momento en que el senador Josh Lyman dice esto a los estudiantes hablando de los terroristas:

“Aprendan cosas nuevas, sed buenos entre ustedes, lean nuevos periódicos, vayan al cine, a fiestas, lean libros. Y mientras tanto, tengan presente el pluralismo. ¿Quieren molestar (Get en el original) a esta gente? Es decir, ¿de verdad quieren perseguirlos y matarlos allí donde viven? Continúen aceptando más de una idea. Eso los vuelve completamente locos.”

Por aquí van los argumentos. Nada hay que joda más a un absolutista, nada que moleste más a un intransigente, a un totalitario represor, que sus oponentes ideológicos respeten sus ideas sin asumirlas. Recién una cadena de televisión venezolana ha acusado a Hugo Chávez de no respetar la libertad de expresión, y el mandatario venezolano ha respondido que para demostrar que sí la respeta, va a impedir la renovación del permiso de emisión de la cadena. Así actúan los totalitarios. Así demuestran su respeto por las ideas contrarias. Pues la mejor forma de darles por el culo, la mejor manera de desenmascararlos es respetando nosotros el pluralismo que ellos no aceptan, respetando la democracia, la libertad de expresión, incluso para ellos, que no la respetan.

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