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Más de una vez me han leído o me han escuchado decir que me gustaría tener más de 24 horas para poder consumir y disfrutar muchas buenas historias de ficción que se me escapan. No me pasa sólo a mí, a ti, a amigos con los que hablo, se nos pasan por delante o ni siquiera conocemos muchas buenas novelas, excelentes filmes o series magníficas, porque no nos queda más remedio que escoger.
Me sucedió con la obra de Murakami que, si no me veo obligado a leer su novela 1Q84 para comentar con unos amigos, me habría perdido una de las obras más sugestivas y mágicas del siglo XX y lo que va de XXI. Me pasó algo parecido con la serie Plan B,que nadie me recomendó y la que vi anunciada por casualidad buscando otra serie, me pareció interesante la sinopsis y me quedé enganchado a ella hasta que finalizó, y me ha pasado con una película que se titula House of Sand and Fog.
Me puse a pensar los motivos por los cuáles una película de 2003 tan excelente, con un actor como Ben Kinsgley, al que admiro y una actriz que me fascina como Jennifer Connelly, no hubiera pasado antes por mis manos. Primero pensé que en esos años estaba intentando subsistir en España sin permiso de trabajo y sin saber adónde me llevaba el futuro, pero de esos años de sobrevivencia, cuando ya tenía posteriormente más o menos la vida resuelta en Europa, he visto de forma diferida decenas de películas. Así que no debía ser eso.
Luego me inventé que, quizás, el tema que trata la podría haber alejado de los focos de la prensa y la farándula por cuestiones políticas en ese año 2003. Hablamos de una película que muestra cómo una familia iraní que vive en Estados Unidos se enfrenta a una chica norteamericana por una casa. No olvidemos que apenas 2 años antes varios terroristas de origen no occidental que estaban reunidos en lo que luego se dio a conocer como la célula de Hamburgo, había cometido el peor hecho terrorista de la Historia.
Pero es que resulta que House of Sand and Fog estuvo nominada a varias categorías en los Oscars de 2004, tuvo bastante promoción (o eso parece) y nadie la escondió por problemas políticos. Lo que sí me da la pista del porqué no la vi es la lista del resto de filmes que ese año estuvo en alguna de las nominaciones de los premios Oscars, The Return of the King, 21 Grams, Lost in Translation, Master and Commander, Mystic River, The Last Samurai, Finding Nemo, Les Invasions barbares… No me negarán que fue un año de una cosecha increíble de buenos productos cinematográficos. Es probable que, entre tanto buen cine, haya se me haya perdido o, peor, haya menospreciado a esta excelente película.
¿De qué trata House of Sand and Fog? La sinopsis es tan simple como engañosa: Una esposa abandonada se encuentra desalojada de su casa y comienza un trágico conflicto con los nuevos dueños de la casa.
Lo que no dice esta sinopsis es que es uno de los conflictos mejor tratados de la ficción donde los dos bandos que se enfrentan tienen la misma fortaleza argumental. Sabemos que si en una historia de ficción, como creador, retratas a uno de los dos bandos como completamente bueno y al otro como tremendamente malo, lograrás atraer a unos cuantos incautos, pero en general perderás a gran parte del público.
En House of Sand and Fog lo mejor es lograr esa increíble sagacidad de ponernos a favor de los dos bandos enfrentados cuando escuchamos sus motivos, porque son igual de poderosos, igual de razonables, igual de convincentes. A ratos te pones al lado de la mujer que acaba de perder la casa porque no es culpa de la familia iraní que ella haya dejado de pagar sus deudas, pero cuando escuchas los motivos, entiendes que la familia debería devolverle la casa, pero si la familia lo hace, pierde los pocos ahorros que le impiden una deportación a Irán, donde les espera una muerte segura de manos de un régimen dictatorial.
Si esto no fuera suficiente, los personajes están muy bien caracterizados, lo que refuerza nuestra incapacidad para decidirnos de una sola vez por uno de los dos argumentos que se dirimen. La mujer norteamericana nos produce dolor, pero a ratos la odiamos por no tratar de parar un camino que podría llegar a la desgracia. De la misma forma, odias la deriva machista del padre de familia de iraní, toda vez que aceptas como luego es capaz de renunciar a parte de sus derechos para ayudar a quien, desde su punto de vista, le quiere arrebatar la casa.
Hablando con un amigo que sí la vio en su momento, nos dijimos que es una película amarga, bastante descorazonadora, pero a la vez, creo yo, aporta una reflexión muy interesante sobre el apego del ser humano a las posesiones materiales. Creo que, a esa moraleja final (que no cuento) ayuda mucho la guía de este filme, que, insisto, es el excelente conflicto que lo motiva. Empieza In media Res y vuelve como una serpiente que se muerde la cola a darnos la respuesta a la pregunta inicial que se plantea. Sin dudas, una excelente película que te hará reflexionar.