La vida es una gran cabrona, pero la literatura puede
La vida. Te tomas un respiro y te arranca un trozo de un zarpazo, y además, avisa, te cuelga un anuncio en la solapa para que sepas que te va a meter un mordisco doloroso y luego te lanza un sablazo que no arranca el brazo ni la pierna, deja piel y duele como mil…