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No soy objetivo con esta película. O aparentemente no, pero al final veremos si lo soy. Me la recomendaron con montones de estrellas y decenas de elogios, lo que suele ponerme alerta ante bodrios populares. Pero no, esta película es para los amantes de buenos relatos, auténticos, sin efectismos ni excesos narrativos.
Past Lives parte de una premisa sencilla: Nora y Hae Sung, una niña y un niño coreanos, a punto de entrar en la adolescencia, que sienten algo más que ser compañeros de escuela, se deben separar cuando ella emigra con sus padres a Canadá. Tras varios años, ambos adultos, se encuentran por redes sociales y empiezan una relación que los llevará a intentar verse y rememorar los años de preadolescencia.
Esta ópera prima de Celine Song tiene como base una historia donde aparentemente no pasa nada. No verás efectos especiales deslumbrantes, ni giros de guion inverosímiles y donde la cámara es un testigo imparcial que intenta no ser parte narrativa del argumento que expone. Y, sin embargo, existe toda una revolución emocional bajo esa apacible historia donde todo es como la superficie de un lago.
Sus personajes son tan reales que no puedes evitar la sensación de que podrías ser tú, tu amiga o tu vecino. Enfatizando el encuentro de dos personas que parecen hechos el uno para el otro, pero tienen no pocos obstáculos para estar juntos, y están como congelados en una trampa emocional que la vida les ha impuesto.
Si intentamos resumir asistiremos a no pocos temas: amor, amistad, desarraigo, nostalgia, inmigración, lealtad, todo condensado en apenas 1 hora y 45 minutos y con una sencillez argumental que parece fácil de hacer, pero no lo es.
Mientras disfrutas de su argumento no puede evitar que tu cerebro deambule por el cine de Sofía Coppola y sus planos, y también por la trilogía Before, de Richard Linklater: Before Sunrise, Before Sunset, Before Midnight, donde importan, también, más los diálogos que los grandes giros argumentales. Por cierto, si te ha gustado esta película, y no conoces la trilogía Before, sal ahora mismo a buscarla. Me lo agradecerás.
Algo que apunta el director de cine, José Luis Garci que es muy importante en este filme es que estamos en una de las pocas veces en la historia del cine donde los abrazos son más importantes que los besos; y esto es muy llamativo.
Estamos en una película del siglo XXI, finales del 2023, en una de las sociedades menos cohibidas sexualmente de la historia de la humanidad, y donde una de las principales fuentes de educación sexual de los jóvenes es el porno, y, sin embargo, el abrazo toma aquí una categoría mucho más fuerte que el beso, que el sexo; es abrazo como una transferencia de espíritus.
Y como fondo, como testigo también, la ciudad, Nueva York, como ese mundo preciso donde suceden infinitas historias tristes o felices, que no vemos a simple vista, pero podríamos adivinar si nos empeñamos.
¿Por qué digo que no puedo ser objetivo con esta película? Primero, ver a Greta Lee me desordena; y segundo, la historia que cuenta tiene numerosos puntos de contacto con mi novela Un chelo bajo dos lunas, y eso, quieras o no, te hace bajar las defensas. Perdona la autopromo, pero es que viene al caso.
Pero te aseguro, por más que haya estos puntos de contacto con una obra mía, y que emocionalmente me revolucione las hormonas una chica de rasgos asiáticos, he sido capaz de mantener la distancia racional correcta (O eso creo) para analizar lo que es una excelente película e invitarte a verla.