Black Mirror. 5 estrellas para triunfar

blank
Black Mirror
Black Mirror

Imagina un futuro donde vives en un mundo hiperconectado a Internet, que existen varias redes sociales que crean tendencias y condicionan la actuación de la gente, que existen Smartphones con los cuales nos conectamos a esas redes y repartimos “Me gusta” o “Me disgusta” a diestra y siniestra con el pulgar, y que todo lo que logras o pierdes en tu vida depende de cómo te valoran los demás.

Obviamente hablamos de ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

La idea la propone Black Mirror en el primer capítulo de su tercera temporada titulado «Nosedive». Hablamos de una serie que ha convertido nuestros defectos presentes como humanidad en argumentos filosóficos contados en historias que retratan un futuro probable.

Si bien las historias son desiguales en calidad, todas tienen el mismo motor, ¿cuál puede ser un posible destino de nuestra especie si seguimos apuntando a determinados caminos y no otros? ¿Cómo nos iría en un mundo donde la tecnología lo invada todo, donde la justicia haya perdido su valor y la imponga el pueblo sin elegir representantes? ¿Hasta qué punto debemos ser esclavos de las opiniones ajenas de montones de desconocidos para los que actuamos en una red social que vemos desde un dispositivo que cabe en la palma de la mano?

Esta última historia vista a través de los ojos de Lacie, una chica que tiene todo para ser feliz, pero se obsesiona con obtener los puntos de cientos desconocidos que están en redes sociales y que ella necesita para cumplir un sueño: agradar a la chica perfecta a la que quiere parecerse en las redes sociales.

Tiene Isaac Asimov una novela fascinante titulada El sol desnudo que cuenta un crimen cometido en Solaria, un planeta habitado por seres humanos con agorafobia, aislados tras una pantalla de ordenador y donde todo el trabajo se realiza gracias a androides que son los únicos que interaccionan con los humanos. Es tal el aislamiento que deben pedir ayuda a un terrícola para resolver el crimen.

Este episodio de Black Mirror tiene ciertas reminiscencias de aquel planeta Solaria, pero aquí mismo en nuestras narices. La historia puede provocar alguna sonrisa paliativa, pero es, en suma, turbadora e inquietante, al darnos cuenta de lo absurdo de una situación en la que ya estamos sin preguntarnos muy bien cómo nos hemos metido.

No dejan nada al azar en esta serie. Se suele categorizar de Ciencia ficción todo aquello que rebasa la lógica y la razón de lo sabido y reconocido por la ciencia en un momento dado. Sin embargo, como lo mejor de este género, retrata algo que podemos ver, tocar, y predecir sin que se imponga la inverosimilitud. Todo lo que se cuenta en Black Mirror, suceda o no, está a la vuelta de la esquina, con tan solo esperar unos años o imaginar hacia dónde vamos como especie.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *