Este año no he visto, como otros años, la mayoría de las películas que se intuye estarán postuladas para los Oscars en las diferentes categorías. Pero me temo que las que he visto, más la información de la prensa, más las premiadas en los Globos de oro (casi las mismas que luego salen premiadas en los Oscars) me hacen pensar que estamos ante uno de esos años en los que el cine americano de calidad brilla por su ausencia. Incluso el cine de superproducción, ese que no es de gran calidad, pero que al menos es rentable sin ser filmes de tiros y coches explotando.
Todos hablan de El discurso del Rey como la gran película del año, y los argumentos son válidos: historia de superación, con magnífica ambientación de época, buenas actuaciones, pero…, ésta película, junto a otras que no sean una película de adolescentes sobre una red social o una de tiros sobre turistas, sería una buena película más entre otras tantas.
Echo la vista atrás y El discurso… es algo así como ver El paciente inglés, esa película que sabemos es una gran superproducción –o super a secas– americana, con cierta calidad estética, pero alejada de una verdadera obra de arte. Todos sabemos que películas de este tipo ganarán el Oscar a mejor película sin ser la mejor película del año. Así ha sido siempre y por eso Titanic o El señor de los anillos son las que más premios han obtenido en toda la historia de este galardón.
La diferencia –inmensa diferencia– es que El Paciente… estaba rodeaba de obras maestras como Fargo o Shine, y de buenas películas como Secretos y mentiras o El escándalo de Larry Flint. Este año El discurso del rey está prácticamente sola frente al mundo, rodeada de una buena peli de adolescentes y otras al parecer olvidables.
Ni siquiera obras interesantes como Buriedestarán para hacerle sombra a esta película para ver una vez y decir: bien, pero no la volveré a ver. No hago referencia a su falta de rigor histórico porque no es importante para la argumentación estética del filme, ni tampoco relato su poco riguroso acercamiento a la familia real británica. A fin de cuentas no afectan del todo su calidad y la mayoría del público terminará por no interesarse de estas cosas.
Los peros de esta película son por usar demasiados clichés del cine de acción física para una película de acción emotiva, los diálogos preconcebidos, las actuaciones predecibles y el argumento algo lento.
Pero por favor, no dejen de verla al menos una vez, y si es posible en idioma original subtitulada. Sólo por ver la majestuosa interpretación de Colin Firth, ya merece la pena.