Violín Rojo. Historia de una obsesión atemporal

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Uno de los aspectos más atractivos, de los cientos que se estudian en la mente humana y su capacidad para ejercer la creación, tiene que ver con las obsesiones. Los que ejercen algún tipo de creatividad habrán vivido el hecho de que una idea no les abandona y todo lo que ven, todo lo que viven, todo lo que le cuentan, les lleva a aquello que están creando.

No tiene misterio, según la neurociencia. El cerebro de un creador, especialmente cuando está obsesionado con su universo creativo, tiene la capacidad de establecer conexiones entre dos elementos que aparentemente no tienen relación entre sí. El cerebro no creativo puede ver dos o más elementos dispares, incoherentes, de características aparentemente incomprensibles y, sin embargo, un creador puede agrupar esos elementos hasta el punto de generar una emoción, y luego encontrar un lenguaje capaz de transmitirla.

José Antonio Marina le llama a este proceso, la «Inteligencia generadora» y…

 

 

 

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