El escritor. Espionaje de segunda

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blankTengo que reconocer mi decepción con la película El escritor de Roman Polanski, director del que reconozco pocas películas que me hayan hecho suspirar como El pianista.

La trama que presenta mezcla de forma previsible y poco eficaz, un ajiaco de espionaje, literatura de best seller, la CIA, la política y el misterio. Todo con escasa maestría, esa que sí le sobró cuando se abocó en El Pianista o Chinatown.

Si algo se le podría reconocer como mérito a la película son los pequeños destellos de genio que a veces se aprecian como la presentación de escenas, que como datos escondidos, sabemos que están sucediendo por elementos externos e insinuados, pero nunca la apreciamos directamente en pantalla. Poca virtud para un filme tan decepcionante.

Sorprende el gran altibajo que puede notarse desde aquella película en que un artista judío tiene que sobrevivir en medio de la barbarie nazi del holocausto hasta esta especie de Código Da Vinci aunque cambiando de enemigo, esta vez no es la iglesia sino los políticos y la CIA.

Estoy tan en shock todavía por una película tan floja que no tengo menos que reconocer el impacto que debe haber tenido sobre su obra la imputación que tiene en Estados Unidos sobre abuso sexual.

Culpable o no, acusado o no, la realidad es que debe haber tenido poco tiempo para dedicarle a la dirección para presentar una película digna de cualquier director de medio pelo pero no al creador de El Pianista.

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