La Crítica sobre ficción, ¿sirve para algo?

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Si quieres escuchar el podcast:

blankMe han leído o escuchado decir que la ficción se ha banalizado. Me piden que explique algo más mi postura refiriéndome a la crítica. Y comprendo que hay interés en ello.

Mi tesis en aquel texto es que el público actual ha bajado de forma sustantiva los estándares de calidad literaria y cinematográfica. El consumidor de ficción es mucho más amplio que hace 20 años. Probablemente por la existencia de las plataformas, aunque no sólo, sino que existe toda una masificación del acceso a los medios audiovisuales. Esto no tiene que ser malo, salvo que la misma masificación ha permitido que el patrón de calidad de las series, filmes y libros de hace dos o tres décadas ha caído en picado.

La formación cultural del público actual pasa por medios audiovisuales, y casi exclusivamente audiovisuales. Muchos de los que hoy en día ponderan sobre si una serie o una película es mala o buena no son lectores habituales y, por ende, conocen menos de estructuras ficcionales, concepción de argumentos de ficción o caracterización de personajes, incluso de manera intuitiva.

Cuando lees o escuchas hablar sobre buenos filmes o clásicos del cine te percatas que tienen como modelo un cine reciente, del tipo la trilogía de Batman o la saga Misión imposible, pero no conocen The Searchers (Centauros del desierto) o no han visto el cine de Griffith o Howard Hughes.

¿Cuál ha sido la consecuencia de esta masificación del consumidor?

Los creadores de ficción están (estamos) bajando el nivel para acomodarse a ese público educado entre YouTube, Twitter y TikTok, es decir al consumidor de formato corto, rápido y alejado del clasicismo de la ficción escrita. Y por supuesto, la crítica cinéfila también ha bajado los esquemas, lo que, a su vez hace que los creadores dejen de prestar atención a los criterios estéticos tradicionales y traten de llenar los estómagos de ese consumidor más hambriento, pero menos sibarita.

Y no sólo la crítica; muchos de los que hoy deciden lo que se filma, desde productores hasta patrocinadores, también tienen como modelos el cine en color del siglo XX, pero si les quitas el color, el sonido o, tan solo, la banda sonora de una película, se aburren como ostras, porque les cuesta seguir una historia por su estructura base si no tiene apoyos argumentales.

Esta idea sobre el cambio de patrón de los que deciden el canon ni es nueva, ni es mía. La he leído en varios libros y artículos, pero, sobre todo, la he escuchado en montones de tertulias culturales o programas de crítica o promoción del cine que, son tantos, que ya ni recuerdo donde lo escuché primero.

Al que más tengo a mano hablando de este fenómeno, porque quizás también es quien más lo repite, es el director de cine José Luis Garci, quien a propósito de la ya famosa lista de Sight and Sounddijo:

 [la lista] …recuerda un poco cuando en los años 60 llega la Nouvelle Vague, que hay movimiento al contrario de lo que sucede ahora y es que los jóvenes iconoclastas, los jóvenes turcos defienden el cine americano, defienden a Nicholas Ray, defienden a Hitchcock, (al Hitchcock americano, sobre todo) a John Ford, a Howard Hughes, a Raoul Walsh, que tampoco está en lista. Entonces ahora ha surgido un movimiento progre en la izquierda que dice: “de momento, empezando por los Óscar a una película que le demos un Óscar tiene que tener un negro y que sea dirigida por una mujer tiene que tener una serie de cosas.” Y esta lista es la demostración de ese cambio que se ha producido, que igual que antes decían que John Ford era un fascista y acabó siendo reconocido como un cineasta estupendo, pues ahora es al revés, grandes cineastas como Woody Allen, como William Wyler, como Leo McCarey, Raoul Walsh van a desaparecer o quieren que desaparezcan de la lista de los mejores. Lo cual es injusto porque el cine no es aburrimiento, el cine es un estado de alerta, el cine es emoción y calidad.[1]

A propósito de esta misma lista es relevante el artículo de Mauricio Bach en The Objective donde se pregunta si un canon artístico, en este caso cinematográfico, debe ser la consagración de “lo mejor” sin ningún otro criterio que la excelencia, o debería también preocuparse por incorporar pluralidad y equilibrios inclusivos.

Y él mismo responde:

…es el resultado de una estrategia milimétricamente orquestada. ¿Se puede manipular lo que los expertos convocados votan? No, pero sí se puede orientar el resultado decidiendo quién vota. Y los cambios introducidos en esta última convocatoria se han enfocado a facilitar el objetivo buscado: se amplió el número de votantes de los 846 de 2012 a 1.639 en 2022. Si esta ampliación se hace incorporando de forma masiva a académicos de departamentos universitarios dedicados a los estudios feministas, queer y poscoloniales, sin duda se está alentando un giro. Al consultar los diez títulos que ha votado cada jurado individualmente asoman algunas curiosidades: hay quien incluye solo películas dirigidas por mujeres, otros añaden a algunos hombres, pero solo si son queer…[2]

Una crítica banalizada no importaría demasiado si el público realmente estuviera preparado para saber cuándo le pasan gato por liebre, cuando un personaje de ficción no puede hacer algo para lo que no está caracterizado, cuando un conflicto se resuelve por Deus ex Machina, es decir por los cojones del creador y no porque el argumento lo exige, pero el hecho cierto es que la realidad no funciona así.

Una mala crítica de arte con un público complaciente y de poco juicio terminan por retroalimentarse determinando a su vez a patrocinadores, productores, artistas, creadores, escritores, guionistas, permitiendo que luego pase una banana pegada a la pared con una cinta adhesiva como obra de arte, una novela plana y mal argumentada como una gran novela y una película escasamente original y editada erróneamente, como una excelente película.

En “La Cultureta”, de Onda Cero, Nacho Vigalondo apostilla esta idea cuando habla sobre la crítica y el público:

Estoy notando un giro copernicano en la percepción del público, la percepción de (no sé si decir la crítica, pero sí) es que estoy notando un giro copernicano en la relación con el público. Y es que, cuando tú antes hacías esa película, y sabías que te salías de madre en algún aspecto, es decir: venga, aquí vamos a hacer un poco más subjetivos, aquí vamos a volar un poco, aquí vamos a jugar con el lenguaje, el público y la crítica que tenías siempre más a la contra, la crítica a la que tenías más miedo, eran los más viejos. Y ahora noto que el público que he detectado qué es más hueso duro de roer es el más joven. El público crítico, es decir, el público que luego hace crítica. O sea que el público aquel quizá le cuesta más abrirse a un tipo de laberinto algún tipo de jeroglífico es el más más joven.  Yo creo que se consume más audiovisual que nunca, pero se consume más audiovisual “convencional” que nunca[3]

Quizás un ejemplo magnífico de esta tendencia lo tenemos en el filme Horizon, An America Saga, de Kevin Costner. Muchos de los críticos enfatizan en algunos giros argumentales, movimientos de cámara o escenas que creen innecesarias para considerarla como una mala película. Tras analizar la edad y formación de la mayoría de esos críticos, comprendes que los que actualmente imponen el canon, tienen modelos diferentes al cine y la literatura clásicos.

Ojo, si te gusta algo, tampoco es importante lo que diga la crítica. Lo que te gusta tiene que ser lo que te gusta de verdad, y no lo que te ofrecen por prescripción crítica, el problema es cuando una mala crítica influye en la forma en la que se crea la ficción. Ahí perdemos todos.

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[1] José Luis Garci, en: «Cowboys de Medianoche: “Los hombres del SAS” y “The English” – Cowboys de Medianoche», en: https://esradio.libertaddigital.com/fonoteca/2022-12-30/cowboys-de-medianoche-los-hombres-del-sas-y-the-english-6969042.html

[2] Mauricio Bach, «José Luis Garci y la mejor película de la historia», THE OBJECTIVE, agosto 9, 2024, https://theobjective.com/cultura/cine/2024-08-09/jose-luis-garci-mejor-pelicula-historia/

[3] Nacho onda Vigalondo, «La Cultureta 11×07: Cuando Pacino se convirtió en Michael Corleone», OndaCero, octubre 18, 2024, https://www.ondacero.es/programas/mas-de-uno/la-cultureta/audios-podcast/cultureta-11×07-cuando-pacino-convirtio-michael-corleone_2024101867123cbee2e54f000184cf69.html

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