Sobre la felicidad y La brevedad de la vida (Final)

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pr贸logo al libro de S茅neca publicado por聽Editorial El Barco Ebrio

continuaci贸n de la聽Segunda Parte

驴POR QU脡聽SOBRE LA FELICIDAD聽Y聽DE LA BREVEDAD DE LA VIDA?

Se ha especulado a menudo con que S茅neca hab铆a vivido de una manera diferente a la que predicaba en sus textos y su ideario filos贸fico. No parece descabellado. La austeridad que preconizaba se enfrenta a sus inmensas riquezas, era poseedor de una de las mayores fortunas del imperio, la cual amas贸 mientras fue hombre cercano al poder. Se dice incluso que los medios por los cu谩les se agenci贸 dichas riquezas no fueron siempre l铆citos.

De la misma forma preconizaba una vida humilde apegada m谩s a la sencillez que a lo material, cuando en la realidad vivi贸 e hizo gran parte de su labor como maestro desde los tejemanejes del imperio, siendo consejero y preceptor de poderosos, pendiente de la vida agitada de la ciudad y en las enmara帽adas actividades del gobierno de Roma, desde donde fue silencioso c贸mplice de algunos cr铆menes y desmanes cometidos por Ner贸n.

驴Pero fue S茅neca entonces un oportunista? Dif铆cil decir que no. En cualquier caso la Historia no es disciplina que pueda analizarse desde el presente sin poner el alma en la 茅poca. No tiene la esclavitud ni m谩s tarde el derecho de pernada en la Edad Media, el profundo car谩cter degradante que hoy le damos desde nuestras democracias. Si nos colocamos en la piel de un escritor cuando no existe mercado y depende del poder para vivir, de un fil贸sofo cuando no existe m谩s m茅rito que aquel conseguido como maestro y consejero de poderosos, y de un hombre que pretende cambiar la esencia de un imperio s贸lo con la posible influencia que pueda ejercer sobre el que manda, es m谩s f谩cil comprender al hombre en su momento hist贸rico.

No quiere esto decir que el fil贸sofo romano fue un completo dechado de virtudes alejado de la maldad y rodeado de una completa ataraxia, que no deba buscarse responsabilidad por esta dualidad entre teor铆a y praxis, pero se comprende su empe帽o cuando aprendemos que una de las virtudes pol铆ticas de un sabio en la antig眉edad estaba en soportar con estoicismo los despotismos del emperador para buscar con ello, igualmente, apaciguarlo. S茅neca no lo logr贸, al menos no todo el tiempo, y lo pag贸 con el destierro (que purg贸 a煤n m谩s su esp铆ritu interior y su pasado) y su propia vida.

El propio fil贸sofo en sus libros no pocas veces se justifica por esta dualidad y explica lo que es dif铆cil de explicar: el haber vivido de forma aparentemente diferente a como predicaba, incluso de haber sido 鈥搊 intentado ser鈥 la conciencia del emperador Ner贸n, cruel como pocos, en especial cuando dej贸 de escuchar a S茅neca.

De su obra los llamados聽Di谩logos聽son probablemente las que mejor abarcan todo el pensamiento que rige el ideario de S茅neca. Pod铆a haber escogido cualquiera de ellas para incluirlas en este homenaje, pero prefer铆 estos, porque es en ellos donde creo encontrar lo que m谩s ha preocupado al ser humano desde que se tiene conciencia hist贸rica: la vida, la muerte y la b煤squeda de la felicidad.

Los estudios cient铆ficos actuales sobre el hombre, su comportamiento cerebral y su posici贸n social, nos dejan con la perplejidad de descubrirnos un ser humano cada d铆a m谩s predecible en su interior, aunque menos en su futuro. Nos preocupamos m谩s por la felicidad de lo que realmente decimos o demostramos; ya sea con el yoga, las filosof铆as orientales (novedosas para muchos occidentales modernos) o el marketing agresivo de un vendedor de bolsa; todos necesitamos la felicidad, el deseo de independencia o bienestar, de no tener problemas, conflictos, de estar en paz con algo o alguien.

Por desgracia, no todos escogemos bien las metas. En聽Sobre la felicidad, S茅neca hace un estudio muy en茅rgico y universal sobre la forma de alcanzarla, con una vigencia que asombra. De forma general es el texto que hoy cualquier escritor de libros de autoayuda podr铆a utilizar para citar casi de cabo a rabo sin necesidad de inventarse nada nuevo.

Lleno de grandes sentencias, en el mismo estilo vigoroso de toda su obra, este tratado nos recuerda, de otra manera, la obsesi贸n de muchos por equiparar felicidad y bienestar. S茅neca no niega el bienestar (no pod铆a siendo 茅l mismo uno de los m谩s ricos hombres de Roma), pero lo asume como parte de las cosas que llegan sin buscarlas.

En econom铆a existe el t茅rmino externalidades para referirse a todos los beneficios que se derivan de un hombre que intenta mejorarse a s铆 mismo. El ejemplo m谩s recurrente es el de un zapatero que pretende vender m谩s zapatos y su mercado es tan amplio que necesita contratar personas para que le ayuden en su trabajo. As铆 los beneficios que se derivan de su trabajo ayuda a crear puestos de trabajo a otras personas; provoca un aumento de la producci贸n de hilo o puntillas para unir el zapato a la suela y hace que un ganadero venda m谩s vacas para venderle su piel: en resumidas cuentas, se crean externalidades.

S茅neca reconoce su fortuna y su riqueza como externalidades 鈥揳unque no las llama por este nombre m谩s bien propio del mundo moderno. Dice 茅l, 鈥溾adie ha condenado a la filosof铆a a ser pobre鈥. Por tanto no aboga por la pobreza, sino por la virtud, la sabidur铆a y la raz贸n, aunque estas no traigan aparejada la riqueza; pero si llega la riqueza no se la desde帽a, sino que se la usa para el bienestar propio que permite la independencia, y para ayudar a los que no la tienen.

En聽De la brevedad de la vida, si bien no aconseja 煤nicamente c贸mo conseguir la felicidad, nos vuelve a remitir a la idea de escoger bien las metas, de no dejarse llevar por las riquezas y el poder, y centra nuevamente el discurso y su ideario filos贸fico en las claves importantes para llegar a donde se quiere: virtud, raz贸n y sabidur铆a.

Aboga el fil贸sofo romano por centrarse en los objetivos adecuados, manejarse con la virtud del sabio y la raz贸n que brinda la naturaleza. Entendida la naturaleza como el orden natural que rige las cosas y el sabio como aquel que est谩 dispuesto a aprender y no que lo sabe todo. Con la sabidur铆a del fil贸sofo estoico, S茅neca nos introduce de lleno en lo que varios siglos despu茅s ser铆a la base de la memoria afectiva. 驴Es corta la vida? Depende de quien la viva. La duraci贸n es la misma en a帽os, meses o d铆as, pero la apreciaci贸n que tengamos va a depender del uso que hagamos de ella.

Por extra帽o que parezca en no pocas consultas psicol贸gicas asisten personas con escasos problemas de bienestar, con no pocas comodidades, o incluso con m谩s dinero del que necesitan para vivir, ricos o casi ricos. La mayor铆a de los grandes problemas psicol贸gicos vienen dados por aspectos propios del interior del ser humano, la imposibilidad de relacionarse con una pareja, el miedo a enfrentarse a nuevos retos, la p茅rdida de horizontes para la vida, etc, pero casi nunca porque son pobres, y no precisamente porque los pobres no tengan problemas.

Quien vive la pobreza, o la escasez, no puede permitirse pensar en sus problemas, debe luchar a diario para subsistir en ella o salir de ella. Por lo tanto, si tenemos bienestar, si tenemos cierta comodidad que permite vivir sin la necesidad de subsistir, lo ideal es escoger bien las metas que faltan, dedicar los esfuerzos a aquello que realmente nos permita apreciar los beneficios de la vida, que nos hace aprovecharla tanto que llegamos a apreciarla como 煤til o larga.

Ya termino. Es imposible resumir m谩s la filosof铆a de S茅neca sin quitarle aspectos esenciales. 聽Pero es importante no dejar de prestar atenci贸n al fondo de su doctrina, a la incre铆ble capacidad del ser humano para poder ser feliz aceptando la vida como es, el mundo como parte de un todo que se puede mejorar si nos trazamos los objetivos adecuados y no ser esclavo de las pasiones, muy humanas, pero prescindibles, que nos rodean por todos lados.

S茅neca es menos un fil贸sofo te贸rico y m谩s un explicador ingenioso de la vida pr谩ctica que se resume casi en lo ya citado: ser sabio, virtuoso y razonable. Sabidur铆a acorde a la naturaleza que rige las cosas, virtud como un refugio de las m谩s escabrosas debilidades de nuestro propio ser, y la raz贸n es un simple ajuste a estas virtudes que se logran sin asumir la pobreza ni renegar de las externalidades que aparezcan en el camino que se cultiva hacia la sabidur铆a interior. Es esencial, de forma general, aceptar con cierta impasibilidad las adversidades y los beneficios que se derivan del camino escogido por quien decide ser sabio, porque lo importante no es lo conseguido, sino estar a gusto con la vida interior que se lleva fijando siempre nuevas y adecuadas metas. Invita eso s铆, esa impasibilidad a no dejar de ser sensibles. La sensibilidad ante los problemas y el agradecimiento por los beneficios obtenidos es requisito indispensable para no dejar de ser humanos, pero no dejarse esclavizar por ellas en aras de un objetivo m谩s poderoso.

Indudablemente el ideario de la filosof铆a antigua, y el de S茅neca por tanto, deben tomarse en cuenta como parte de un todo universal. Nadie debe guiarse estrictamente en su vida por unos patrones que han quedado superados por m谩s de dos milenios de desarrollo ulterior. Sin embargo, el grueso de su doctrina filos贸fica, el estudio interior del ser humano como individuo, aunque parte de un entramado social al que se debe, est谩 casi intacta a pesar del tiempo.

De todo el pensamiento senequista, las normas de vida virtuosa y obtenci贸n de la felicidad desde nuestra conciencia, sobreviven como un iceberg, como un gran todo que est谩 bajo el agua a pesar del trocito peque帽o que se puede ver desde lo lejos. Y lo hace adem谩s en un estilo con gran vigor, de preguntas que luego responde con sapiencia, sabroso en sentencias tajantes y cultas, con oraciones cortas y muy exactas, y cargado de im谩genes expresivas donde abundan las ant铆tesis, par谩bolas y las paradojas; y sobre todo, reiterativo sin llegar a ser repetitivo o agotador, lo que ayuda a entender sus argumentos y afianzar nuestras propias conclusiones.

Su influencia posterior es m谩s que probada en los textos de muchos escritores y moralistas posteriores, y nos permite fijarnos m谩s en este hombre y su ideario. Un ideario que sobrevive al crecimiento tecnol贸gico de dos mil a帽os para comprender a煤n mejor las interioridades del ser humano y sus vicisitudes.

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