Amar la libertad sin conocerla

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blankUna foto de la prensa española me hace recordar un detalle que a fuer de disfrutar la libertad había olvidado. En Cuba hay personas sencillas, gente normal de la calle, desconocidos como yo, amigos, conocidos míos y otros completamente desconocidos que no saben lo que es la libertad.

Pensemos un poco. Yo nací en 1970, 11 años después de que se implantara la dictadura castrocomunista en la isla y me exilié cuando tenía 32 años. Es decir, conocí la libertad, como muchos otros cubanos, luego de exiliarme.

Pero allí en la islita, en el paraíso de los derechos humanos que defienden Willy Toledo y Gaspar Llamazares, hay gente que no vive en libertad y no les preocupa, no les importa, ni siquiera la extrañan. ¡Cómo extrañar lo que nunca se ha tenido!

Existe toda una generación de cubanos que han vivido toda su vida con medios de comunicación únicamente del estado, sin partidos políticos, sin conocer ni entender la separación de poderes, para quienes disentir o ser opositor es una rareza peligrosa que no están dispuestos a permitirse porque tampoco pueden hacerlo pues está prohibido por ley.

Mirémoslos desde otra perspectiva. Los cubanos menores de 50 años no conocen otra constitución que esa que instituye como obligación la defensa de la patria socialista, que no entienden que libertad no es sólo decir lo que crees, sino también tener lo mínimo necesario para vivir. Personas que se levantan por la mañana con la preocupación de no saber cómo encontrar lo que hoy se va a comer, que no encuentran un clavo para colgar en la pared o para los que la cocina es un agobio consuetudinario.

Esa es Cuba todavía, y no parece que vaya a cambiar en los próximos 10 años. Me deja con una desazón insufrible. Quiere decir que mi sobrino, que ahora tiene apenas 3 años, puede que estudie todavía bajo los preceptos de una educación marxista-leninista. ¡Es horrible!

Lo que nunca entenderé, lo que me da aliento y un poco de esperanza es que, como yo mientras vivía en la isla, también hay gente que nunca ha visto la libertad, que nunca han probado la sensación de ver a la oposición o la prensa atizando al gobierno, y aún así aman la libertad. Aman lo que no conocen, lo cual es muy esperanzador.

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